quarta-feira, 25 de agosto de 2010

LOS OBSTÁCULOS EN NUESTRO CAMINO


Un rey puso una gran roca en medio del camino, obstaculizando el paso. Luego se escondió para ver si alguien la retiraba.
Los comerciantes más adinerados del reino y algunos cortesanos que pasaron simplemente rodearon la roca. Muchos culparon al rey de mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para retirar el obstáculo.
Entoces llegó un campesino que llevaba una carga de verduras. La dejó en el piso y trató de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logró. Mientras recogía su carga, encontró una cartera en el piso, justo donde había estado la roca. Cotenía muchas monedas de oro y una nota del rey, indicando que esa era la recompensa para quien despejara el camino.
El campesino aprendío lo que los otros nunca entendieron.

Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar la propia condición. ¡Si alguna vez cae, levántese y siga adelante!

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SOBRE LOS AUTORES

Eso texto hace parte de la colección de textos
 del libro "La Culpa Es De La Vaca"
que tiene como copiladores Jaime Lopera Gutierrez 
 y su esposa Marta Inés Bernal, viven en Armenia, 
Quindío, Colombia.

quarta-feira, 11 de agosto de 2010

TANTO PARA APRENDER




Aprendí que la mayoría de las cosas por las que me 
preocupo nunca suceden.
Aprendí que cada logro alguna vez fue considerado imposible.
Aprendí que nada de valor se obtiene sin esfuerzo.
Aprendí que la expectativa es con frecuencia mejor
 que el suceso en sí.
Aprendí que aun cuando tengo molestia, 
no necesito ser una molestia.
Aprendí que nunca hay que dormirse sin resolver
 una discusión pendiente.
Aprendí que no debemos mirar atrás excepto para aprender.
Aprendí que cuando alguien aclara que se trata de principios y no de dinero, por lo general se trata de dinero.
Aprendí que hay que luchar por las cosas en las que creemos.
Aprendí que las personas son tan felices como deciden serlo.
Aprendí que la mejor y más rápida manera de apreciar a otra persona es tratar de hacer su trabajo.
Aprendí que los días pueden ser largos, pero la vida es corta.
Aprendí que si tu vida está de fracasos, 
es porque no has arriesgado lo suficiente.
Aprendí que es bueno estar satisfecho con lo que tenemos, 
pero nunca con lo que somos.
Aprendí que podemos ganar un centavo en forma deshonesta, pero que más tarde este nos costará una fortuna.
Aprendí que debo ganar el dinero antes de gastarlo.
Aprendí que debemos apreciar a nuestros hijos por lo que son y no por lo que deseamos que sean.
Aprendí que el odio es como el ácido: 
destruye el recipiente que lo contiene.
Aprendí que planear una venganza sólo permite que las personas que nos hirieron lo hagan por más tiempo.
Aprendí que las personas tienen tanta prisa por lograr una “Buena Vida” que con frecuencia la vida pasa a su lado y no la ven.
Aprendí a no dejar de mirar hacia el futuro; que todavía hay muchos buenos libros para leer, puestas de sol que ver, amigos que visitar, gente a quien amar y viejos perros con quienes pasear.
Aprendí que todavía tengo mucho que aprender.

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Eso texto hace parte de la colección de textos
 del libro la culpa es de la vaca
que tiene como copiladores
 Jaime Lopera Gutiérre y marta Inés Bernal Trujillo.